El precio del petróleo ha vuelto a caer por primera vez por debajo de $90 desde el mes de octubre por temores de una menor demanda mundial ante el aumento de casos de COVID en China. Recordemos que el gigante asiático es el mayor importador de crudo del mundo, y es que siguen enfrentándose al temor de que el aumento de casos pueda llegar a afectar al consumo ya que podrían seguir generándose nuevos bloqueos.

Además, también le afecta el hecho de que ya se haya afirmado que Estados Unidos entrará en recesión “leve” en 2023 como consecuencia de la subida de tipos de interés, lo que hace además que un dólar más fuerte haya elevado los precios de los productos básicos que se cotizan en esta divisa.

Al margen de determinados acontecimientos políticos, como es el caso de, aterrizaje de un misil en Polonia, el petróleo ha sabido mantenerse de manera estable en su rango. Muy probablemente el factor determinante que pueda mover con mayor fuerza esta materia prima sea el impacto total de sanciones sobre el petróleo ruso y una posible desaceleración económica a nivel mundial.

También es importante que tengamos en cuenta que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados del acuerdo OPEP+ habían anunciado una caída en la producción de dos millones de barriles diarios, con efectos a partir de principios de noviembre, por lo que sería conveniente también estudiar las reacciones que pueda tener en las próximas semanas en relación al gráfico. Recordemos que la ruptura del soporte de 86 en Brent podría comenzar a anunciar nuevas caídas.

Además, la caída de ayer llegó tras el anuncio oficial por el Gobierno británico de que el Reino Unido ha entrado en recesión, y la presentación de un plan fiscal contra la deuda que contempla subidas de impuestos y recortes de gastos para equilibrar el presupuesto.