La sorpresa esta semana ha sido dado por el dato del PIB publicado en Estados Unidos correspondiente al tercer trimestre, el cual supera previsiones y marca un nuevo crecimiento en la economía del país. La Fed, sin duda, esperaba un menor avance. El PIB creció un 3,2%, superando el crecimiento del segundo trimestre, el cual fue del 2,9%.

Este resultado choca con la política monetaria de la Reserva Federal, ya que la fuerte subida de tipos debería haber generado una moderación en el avance de la economía. Como consecuencia, Powell podría llegar a plantearse incluso la última postura adoptada sobre reducir el ritmo de subida en 50 puntos básicos, al ver que la economía estadounidense es mucho más fuerte de lo que en un principio se había interpretado, lo que hace que pueda ser capaz de soportar mayores ajustes en su política monetaria.

Pero no solo los resultados del crecimiento económico se muestran esperanzadores; y es que, la ralentización del mercado laboral no acaba de llegar, y sigue mostrándose igualmente estable con el paso de las semanas, según nos indican las nuevas peticiones de subsidio por desempleo cada jueves.

A su vez, el gasto real de los consumidores del tercer trimestre ha aumentado un 2,3%, mientras que en el segundo trimestre lo hizo un 1,7%. Con estos resultados, por ahora Estados Unidos sigue lejos de entrar en peligro de recesión técnica, ya que para que esta se alcance se deben encadenar, al menos, dos trimestres de contracción económica.

Por otro lado, debemos recordad que la Fed tomó la decisión de elevar los tipos de interés tres cuartos de punto en las reuniones de junio, julio, septiembre y noviembre. El ciclo alcista comenzó en marzo, cuando el instituto emisor los incrementó 25 puntos básicos. En mayo, el aumento fue de medio punto porcentual.