Esta es la tendencia principal de los mercados a nivel mundial. La última decisión ha sido tomada por el Banco Central Europeo, quien ha realizado la mayor subida de tipos (75 puntos básicos) en la historia del euro. Pero es que, por otro lado, la Fed ya ha comenzado a anunciar la posibilidad de que en su próxima reunión de política monetaria tome la decisión de subir 75 puntos más sobre la cantidad ya lograda estos meses de atrás en las tasas de interés. Es probable que esta decisión se llegue a tomar, por el momento, en un 82%. Se trataría, por lo tanto, del tercer incremento consecutivo de esta magnitud.

El bono estadounidense a tres meses ha marcado máximos no vistos desde el año 2008. Además, ya se ha anunciado que China no tendrá un crecimiento tan fuerte como el que se había indicado meses atrás, ya que es muy probable que su economía solo crezca a un ritmo del 2,7%. Si las economías más importantes a nivel mundial se detienen, esto no es un buen augurio para el resto de países, como es el caso de los europeos que se encuentran ante la mayor crisis energética desde el año 1973.

Europa en unos meses se enfrentará al invierno más duro que se recuerda en el último medio siglo. En Reino Unido, por ejemplo, el premio de los concursos ha pasado de unos pocos miles de euros a abonar las próximas cuatro facturas de la luz, mientras las eléctricas tiemblan por los impagos.

Y es que la fuerte subida de tipos con el objetivo de hacer frente a la inflación también puede suponer un importante problema. La clave principal es tratar de gestionar la disyuntiva entre inflación y crecimiento. Es muy probable que cuando el crecimiento se vea fuertemente afectado, esta subida de tipos se frene bruscamente, aunque podría ser demasiado tarde para evitar una contracción de la economía. Recordemos que no es nada fácil bajar la inflación hasta objetivos cerca del 3%, tal y como tiene establecido la Fed en un principio.

Y a la Unión Europea le podría empujar una recesión aún mucho más fuerte con las subidas de tipos, paliada principalmente por la crisis energética. Por lo que parece, están dispuestos a bajar los datos de inflación “a cualquier precio”.